Es un pueblo que
está a medio camino entre los servicios que pueda prestar una pequeña ciudad y
la tranquilidad de una población. Camuflado entre su dedicación histórica al
mundo de la industria de la piel, esconde unos tesoros paisajísticos que nos dejarán
huella si los caminamos.
Está rodeado de dos Parque Naturales: el de la Sierra de Grazalema, que
representa la luz, las vistas, los verdes y los grises de sus piedras calizas,
la alegría, el sol, la tranquilidad de sus pueblos blancos, las montañas
cortando sus perfiles entre las nubes o en el celeste almorávide de su cielo,…
la vida. Y el de los Alcornocales, que
con sus suelos llenos de hojas secas, abre paso a la imaginación, simbolizando
el silencio, la cercanía, los pardos y los verdes de la primavera, las sombras,
la nostalgia y la soledad, lo salvaje, la humedad,…los duendes.
Contraste, eso es, estamos rodeados de contrastes, somos ricos en
contrastes y orgullosos de esta vida tan variada que nos envuelve.
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